Ibones Top 10

Está claro que todos los ibones se encuentran en lugares de una especial belleza, rodeados de idílicos pastizales, de ensoñadores bosques o de soberbios picos.

Pero se puede hacer una lista de 10 ibones que no hay que perderse, independientemente del esfuerzo que requieran para su visita. Son lugares muy especiales.

  1. Estanés
  2. Acherito
  3. Anayet
  4. Azules
  5. Arrieles
  6. Bernatuara
  7. Marboré
  8. Plan
  9. Escarpinosa
  10. Batisielles

Empezando por el Pirineo aragonés más occidental, pertenecientes al municipio de Ansó, están los de Acherito y Estanés. El primero, recogido bajo unas impresionantes agujas de caliza, que contrastan con la horizontalidad y quietud de sus aguas. El segundo, bordeado de prados que, en verano, ocupan manadas de caballos pastando.

En el sector del valle de Tena encontramos varios de estos top 10. Los ibones de Anayet (Sallent de Gállego) ofrecen un espectáculo de turberas sobre las que se eleva el pico Anayet y, sobre todo, una preciosa estampa de pico francés Midi d’Ossau. Los ibones Azules (Panticosa) son otro plácido rincón de agua y tasca alpina, en este caso, ante la mole de los picos o pundas Garmo Blanco, Alta de Pondiellos y de la Nevera, los conocidos como Infiernos. Las láminas de agua verde-azulada de los de Arriel (Sallent de Gállego), espejeando entre agudos picos, resultan difíciles de olvidar, como el hermoso camino que lleva hasta ellos.

Para gustos… los ibones

En el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, está el de Bernatuara (Torla), en uno de esos lugares solitarios y tranquilos desde donde dejar volar la imaginación hacia… Francia; y el de Marboré (Bielsa), en una inmensa plana rodeada de picos, entre los que destaca la cara norte de la Punta Treserols o Monte Perdido, a la que se agarra su glaciar.

En un idílico rincón del macizo del Cotiella, entre crestas de roca, bosques y prados, el ibón de Plan o Basa de la Mora (Plan) nos sumerge de lleno en un mundo de cuento, de ensueño.

Algo parecido sucede con los de Escarpinosa y Batiselles, envueltos también en bosques de pino negro, que, junto a las montañas de esta parte del valle de Benasque, los convierten en unos de los lagos más bonitos del Pirineo.

Los ibones son como las perlas o los espejos de la montaña
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