Para el público familiar, hay un atractivo grupo de ibones que hará las delicias de niños y niñas.
Son excursiones que no exceden la hora u hora y media de aproximación, sin contar paradas; cuyo desnivel positivo no supera los 250 m; y que, en conjunto, permiten disfrutar a niños y niñas mayores de 5-6 años, aunque supongan un cierto esfuerzo.
Los ibones de Espelunciecha, Sabocos y Piedrafita están en el valle de Tena. El primero, próximo a la estación de esquí de Formigal (Sallent de Gállego), ofrece buenas vistas de los tresmiles de la zona. En verano, el telesilla de las pistas de esquí de Panticosa permite una buena aproximación al segundo de ellos, situado en una magnífica hondonada. El tercero está muy cerca del Parque Faunístico de Lacuniacha y de la localidad que le da nombre, Piedrafita de Jaca (Biescas), a los pies de la sierra de Partacua. Hasta este ibón también acerca el tren turístico de Tramacastilla de Tena.
En el valle de Benasque, los ibones de Billamuerta nos hará disfrutar de una impresionante panorámica de la cara norte de la mayor cima de los Pirineos, la Tuca d’Aneto (3 404 m), con su glaciar. Su aproximación se realiza cómodamente desde el aparcamiento de La Besurta, al final de los llanos del Hospital.
Una de las joyas de los ibones aragoneses es la Basa de la Mora o ibón de Plan, perteneciente a esta localidad del valle de Chistau. Instalado en un idílico circo, se puede llegar fácilmente tomando la pista que desde Saravillo llega al refugio de Lavasar. Luego, solo queda una breve caminata.
Ibonéate un rato con chicos y chacos
Iboneando en familia
Para familias con niños y niñas a partir de los 5-6 años.