Sí, hay ibones de colores.
Están los ibones Azules (Panticosa), preciosos, rodeados de prados alpinos, en el valle de Tena.
Y en el valle y el municipio de Benasque, están el ibón Royo, al lado del pico Royo de la Paúl; los de Alba, a los pies del pico del mismo nombre; y el Blanco de Literola, cuyas aguas deben su color lechoso o grisáceo a su principal componente: roca pulverizada por la erosión glaciar, conocida como “harina de roca”.
También está el estany Negre (Montanuy), de aguas oscuras y profundas, en la zona más oriental del Pirineo aragonés.
Una paleta de ibones a tu alcance
El esfuerzo que requiere visitar estos ibones es variable, por lo que debes informarte bien antes.
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